jueves, 23 de mayo de 2013

NORTH (2003)


¿Diez años tiene ya "North"?. La virgen. Recuerdo andar disc-man en ristre aquel invierno con este fiel compañero sónico a todas partes... Nunca me importó demasiado la especie de aureola que pende sobre la cover de esta maravilla de elepé ("capricho", "intrusión", "rareza", etc.). Y no lo hace porque, ja, resulta que todo eso y más puede ser perfectamente cierto pero, desde luego y a partir de ahí... ¿Y qué?. A mi el Godglasses (mote definitivo con el que pienso referirme frecuentemente al genio en el futuro) ya me había llevado al huerto en ese terreno largo tiempo atrás con las impagables "cartas a Julieta" en comándita con la Brodsky Quartet o, incluso (y entre otras piezas de similar pelaje), con aquella maravilla del "Couldn't call it unexpected N.4" del "Mighty like a rose". Esto es: el encontronazo Costello-clasicismo ya estaba más que testado, asimilado, admitido y (sobretodo) harto disfrutado. Qué ahora le da por transmutarse en Gershwin a la inglesa (y no se olvide que el indispensable encounter con el maestro Bacharach era solo de un lustro antes en definitiva)... pues cojonudo al cubo. Además, sigamos sumando, produciendo la Deutsche Gramophon, con esa magnífica edición de letras traducidas, DVD de gestación incluido y una bonus track de reputísima madre como es esa "Impatience" que dejo abajo. Seguramente mi momento favorito de "North" junto a "fallen", "you left me in the dark", "can you be true?" o ese milagro de la especie humana que responde al nombre de "still".  En fin, un disco para disfrutar de la voz del famoso hincha del Liverpool en su vertiente más intismista y (obviamente) clásica, a unos niveles ya eternos. Perfecto para aquellos amantes de los momentos más melancólicos de los films de Woody Allen, vaya por ejemplo, y (eso si, téngase presente si procede) lo más alejado a "Pump it up" que posiblemente haya grabado nunca el Maestro. Día lluvioso (si hace algo de rasca mejor), se va haciendo de noche, vaso vino y estirarse en el sofá... Pónganse los cascos y denle a este "Norte" sin pensarlo... Magia absoluta.

miércoles, 15 de mayo de 2013

PUNCH THE CLOCK (1983), by Joserra

Lo mismo se pensaba el hacedor de la Land que iba a quedar inmune de estos expolios sin cuartel que se vienen perpetrando desde este espacio (y ya desde sus primeros pasos) hacia los textos costelleros de lo más granado la bloguería... Pues no. Simply irresistible el echar mano al texto del gran Joserra sobre el disco del 83 con ese encontronazo Costello & The Attractions y la TKO Horns. Además, sabiendo de la deleitación de nuestro escribano de hoy por todo lo que desprenda dejes souleros de calité, su elección con "golpea al peluco" se estima especialmente consecuente (bravo). Y cómo me gusta lo que dice de "The world and his wife" (debilidad guzzera total) y, leñe, que en definitiva es (por ejemplo) el disco de "shipbuilding"...  Poca coña. Y menos lio ya, y al turrón con esta entradota de Joserra realizada en junio/2011, claro qué si...


La peña se suele decantar más por otros como favoritos, incluso la allmusic le da tres raquíticas estrellas pero este disco de Costello me enamora, tiene un puntazo modcker que pa qué y unas lineas de vientos Stax de caerse uno de espaldas.
¿Será ese soul-britania suyo el que me puede realmente frente a su posterior vertiente americana menos genuina aunque magnífica? Veamos...
Let them Talk es gemela de las perlas de los Dexys y aquí la cuelgo como regla básica de cómo empezar bien un disco, Everyday I write the book es un clásico funk-soul tan glorioso como los grandes temas de los Squeeze, versatil, a la cover de la Misa del Domingo con Ron me remito; The Greatest Thing tiene ese rollete Bo Diddley vacilón, los la-la-la-las (benditos lalalalas y yeahs yeahs yeahs) de The Element within Her con ese estilo puro Attractions nacido de los medios tiempos del Blonde on Blonde, todas saltarinas, todas perfectas, sin arrugas pese a los años...Love went Mad , power pop con piano del que buena cuenta tomó Ben Folds Five, Shipbuilding la menina de la Guerra de las Falklands, de llorar...
TKO (Boxing Day) ese ska-pop otra vez ala Dexys o Charm School con las líneas de bajo cruzadas. Después The Invisible Man de cuando Madness eran también reyes y la nueva ola cortaba el bacalao.
Mouth Allmighty, de seguido, como una ráfaga y King of Thieves más british que los bobbies.
Pills and Soap, de esas de Costello más góticas ala Ballad of a Thin Man y cierra The Man and His Wife que si no te pone las pilas, dimite como persona amante de la música.
Todo hace de Punch The Clock un disco a combinar con Searching for the Young Soul Rebels ( de los Dexys Midnight Runners) y con The Rise & The Fall (Madness) o el recopilatorio de Singles de los Squeeze...Mi flechazo con Costello fue con Punch The Clock como The River lo fue con Bruce, están dentro de mi sistema nervioso.
Necesitamos de Inglaterra, como dice Aitor. Y ahora voy y me lo pongo en repeat para ser de nuevo  feliz, tan fácil como tener Punch The Clock a mano. Una verdadera montalla rusa de placer sonoro, con vértigo, zarandeos, gritos y risas tontas con sustancia, justo lo necesario para olvidarse un poco de las tragedias y volver a vivir la vida que ha sido un día duro de cojones.Gracias a los que me habéis dado ánimos de todo corazón, eso no se olvida.

Una fórmula  de equivalencias: Costello & Attractions= la Stax inglesa.
Poderío, Let them Talk es poderío, lo tiene todo, todo lo que me gusta de Declan Patrick Aloys MacManus, un hombre de su tiempo y de nuestra juventud, ese divino tesoro.

martes, 7 de mayo de 2013

MY AIM IS TRUE (1977)

Tras dejar unos días el magnífico texto de Chals sobre "el rey yanqui" dando la bienvenida al espacio, toca recuperar la entrada -convenientemente limada- del que suscribe (oct/2011 en el Citizen) sobre el adorado estreno de 1977. Y es que sí, admito sin reservas que me guardé con toda la intención el que las primeras reseñas (que no únicas, por otro lado y adelanto ya) de "My aim is true" y "Trust" corrieran por cuenta de su humilde servidor. Son mis dos elegidos para la gloria desde hace largos años y al hacer recuento. Entiéndase. Lo que si confieso, antes de rebozar el texto de turno (aunque propio por lo menos en esta ocasión), es que siempre me ha fastidiado un algo que el MacManus no hiciera un par o al menos un disco más en esa línea... De forma completamente egoísta por supuesto, y de hecho es posiblemente eso, el que ello no sucediera, un motivo más para otorgar esa vitola de "único" al aquí sagrado estreno del gafotas. Creo que  desde el momento en que decido realizar un blog temático-costelliense se sobreentiende que no soy sospechoso de opinar nada malo de los Attractions pero, leñe... Aquí están Buddy, Chuck, el otro Elvis, el Declan más beat y rockabilly, el Costello más básico, efervescente y directo posible... Un regalo eterno, en definitiva, sean o no sinceras sus intenciones y aún asumiendo que al ser atacadas (a posteriori) por los Attractions estas canciones ganan una energía que, aunque distinta, resulta incluso superior.

 Desde las entrañas de la díscola Stiff Records (algún día tengo que poner algo sobre como las gastaban promocionando a sus artistas) salieron en algún momento del segundo lustro setentero una serie de músicos con dispar suerte pero indiscutible calidad (los Lowe, Parker, Dury, Wreckless y demás). Pero este miope flacucho, vestido de oficinista (que lo era) y padre ya a los veintipocos, era sin duda "la niña bonita". Todos sabían que lo iba a petar, que estaba varios escalones por encima (me encanta Lowe y ahora saldrá alguno "pues Lowe es mejor porque...", vale si, y unos cojones, sigamos). Y la razón principal era lo asumido que tenía los tics en su manera de componer y interpretar/cantar ya a tan tierna edad (da miedo escucharle ya aquí -en el disco de cabecera de post- cuando emula al Rey en "mystey dance" o "(...) Red shoes"). Tenía las canciones, tenía la manera de cantarlas, faltaba la banda... No problem, se arrenda a los countrescos Clover (futuros, no se lo pierdan, Huey Lewis & The News) como músicos de estudio y a triunfar como la pepsi (la coca-cola le llegaría con el siguiente disco y con los Attractions de regalo).    

 "My aim is true" es, sin duda, uno de los discos que más veces jamás haya escuchado (y mi favorito por defecto del palomo junto a "Trust" del 81), así que esto debiera ir rápido. En él encontramos pop acelerado, rocanrol de manual, rockabilly, dejes souleros a mansalva y un espíritu que, por si lo que precede parece poco, casa sin problemas con los arribistas punkies británicos de la época. Mis debilidades más sentías son "miracle man", "waiting for the end of the world" o ese "hit de barberia" (como me gusta llamarlo) titulado "sneaky feelings". Pero, claro, queda todo pelín eclipsado por contener esa "Alison" que le inmortaliza para los restos (esa guitarra acompañando a la despedida ha nacido para no olvidarse). Destacan igualmente (y si se quiere jugar a "destacar" cosas, que esto te lo ventilas de cabo a rabo tan ricamente y las veces que hagan falta sin levantar la aguja) "no dancing", "(the angels wanna wear my) red shoes" o "less than zero" (que inspira el título de la novela de Ellis, si), a cual más enfermizamente adictiva. Antes, por eso, le dio tiempo de darte la bienvenida a la semana laboral a toda mecha y su menos de minuto y medio y, por el camino, además, te soulea de lo lindo con "blame it on cain" o "pay it back"... o te marca un rocanrol old scholl con "mystery dance" o, también, te adelanta algo de lo que nos deparará en el futuro inmediato con las invasiones entre (sub)géneros de "I'm not angry". Y tan sobrado va el condenado que hasta se marca un hit a lo dub-jamaicano con la conocida "watching the detectives" que entraría en revisiones ulteriores de la edición original del álbum. En resumen, tras "my aim" llegarán los dos pelotazos más conocidos en cuanto a álbumes, o generalizando al menos, pero aquí tenemos a un Costello más hambriento que nunca (obvio), con unas canciones más "desnudas" en cuanto a producción que nunca igualmente (todavía sin los teclados de Nieve ni el marchamo trotón de los dos Thomas), y una vitalidad en su manera de interpretar los temas para la que no hay dinero. Y es que, al fin, cualquiera de los seis primeros costellos con material original (que "almost blue" también es la reoca, ojo) me parece brutal pero, por alguna razón, a éste es fácil cogerle especial cariño. Este Elvis no es el Rey pero sí el "miracle man", amén de mi músico predilecto -por su producción en el último trio de décadas y algo más-, y si a alguien le parece poca cosa allá el/ella con su rollo pero a mi, y a estas alturas de la comedia, ya no me bajan ni bajarán del burro ni a tiros. In Elvis Costello we trust, of course.
 

viernes, 3 de mayo de 2013

KING OF AMERICA (1986), by Chals

En enero del presente 2013 reseñaba el amigo Chals el imprescindible "King of America" con una entrada de esas de pura antología que el King de la Route blogueril suele marcarse. Extensa, abarcando aristas y datos por doquier, disfrutando y haciendo disfrutar del texto... Gran trabajo sin peros ni peras a añadir. Y aunque no dudo que, por afinidad a los gustos que más le conozco a Chals (y como ya queda constancia en el posteo) sea este seguramente su "disco costellero" de all the times (o no -que eso de presumir gustos ajenos es siempre muy de gratis y sorpresas te da la vida-), tengo especial interés/curiosidad en conocer que opina "el de la ruta" vecina del "The delivery man"... En fin, átense el babero y vamos ya sin más a por el descomunal disco folkie por antonomasia del Maestro...

 
Primera referencia en la que me doy un baño costellero en toda regla. Escuché en su día National Rasdom aunque no a los niveles que demanda un artista con una obra tan extensa y repleta de calidad. "Pues porque estoy prácticamente convencido de que és el que más puede encandilar a Chals" queda apuntado que la recomendación dedicada y tajante de Guzz fue el empujón que me hacía falta para por fín darle el valor que merece al sexto beatle.

Y como soy un curioso y un mitómano empedernido empecé desde ese día a indagar sobre la obra de Costello, biografías y más biografías, reseñas y más reseñas. Y hoy me apetecía daros la brasa con este disco, y ademas esta portada luce mucho. Vamos allá con King Of America.


La primera impresión que tuve de la música de Costello es que necesita de su atención y dedicación para conseguir entrar en la Logia Costellera de los Santos Rencores, algo que creo que sus incondicionales olvidaron ya hace mucho tiempo, es su voz vibrato y unas cadencias nada obvias con referencias que a veces descolocan junto a unas producciones que esquivaron por los pelos los excesos de la década que le vió consagrarse, lo intenté primero con My Aim it's True, luego con Trust, a veces no es el momento y no hay más que hablar.

Costello venía de ser apaleado con su anterior disco, él mismo lo reconoce en las notas interiores de la  reedición de Goodbye Cruel World, dice algo así como "enhorabuena, acaba usted de adquirir el peor disco de mi carrera", además el título de aquel disco parecía más una nota de suicidio. Después de la gira Costello ya estaba bastante agotado, necesitaba aire fresco y su relación con los Thomas y Nieve no era de ruptura pero sí de aire viciado.

Pasa que la palabra "sabático" no tiene precisamente el mismo significado en el diccionario costellero e inició así una serie de conciertos por Londres, Australia y Japón, en ocasiones acompañado por T-Bone Burnett bajo el nombre The Coward Brothers. Más tarde vino la producción de los Pogues y su consiguiente noviazgo con Cait O'Riordan, uno de sus componentes. Como curiosidad, la relación quedó plasmada en la canción Fiesta de los Pogues "Y Costello el rey del América y suntuosa Kate O'Riordan no romperán mis cojones" lo sé, el castellano de McGowan es delirante y nada académico.

The Coward Brothers en acción

También es conocido el sarcasmo de Costello con la prensa, me reí mucho el día que leí una de sus declaraciones de la época "Somos los Sonny y Cher de los 80, y yo soy Cher". En aquellos días del 85 a Costello también le quedó tiempo para cantar con su padre una versión del "Georgia On My Mind" con la Joe Loss Orchestra, otra titulada "An old northern folk song" en el Live Aid. Esa actitud de dejadez (aparente) con su carrera le ganó algunas dudas entre prensa y público, algún avispado plumilla auguraba el final de su carrera artística, o al menos de su época dorada, su anterior LP apoyaba tal argumento, lo que nadie sabía entonces es que su carrera aún no había hecho más que empezar, es lo que tienen las predicciones a la ligera. 

En principio aquel iba a ser un disco con dos partes, una en solitario y otra con The Attractions, así que se largó a los Sunset Sound Studios de Los Angeles (¿que no se tropezaría con los gunners tirados en la calle?, sería lo más "inglés" que le podría haber pasado en L.A.) y grabó el esqueleto de la mayor parte de canciones del disco. Aquí entra el listillo de T-Bone Burnett que finalmente convence al inglés pese a las reticencias que tenía de grabar con "desconocidos" (entre comillas), Burnett le argumentó que la mejor manera para abordar un estilo concreto era utilizar músicos que ya estaban familiarizados con él, y además más práctico que tener que aleccionar a los Attractions.

El productor llevó a tres cuartas partes de los Take Care Of Bussines, de Elvis Presley, y artistas de la talla de David Hidalgo (Los Lobos) por nombrar algunos de los músicos que se citaron, es lo que tiene ser amigo de T-Bone Burnett, así a ver que mortal se resiste a la petición.
Elvis Costello and The Confederates, 1986
(Jim Keltner, Jerry Scheff, Elvis Costello, James Burton, 
Mitchell Froom. Front row: David Hidalgo, T Bone Burnett)

Fueron tres meses en los Hollywood Oceanway Studios rodeado de la flor y nata americana bautizados para la ocasión con el nombre de Confederates. Para cuando The Attractions aterrizaron en L.A. aquello ya estaba perfilado y sólo les dió tiempo a los Thomas y Nieve a constar como invitados en la canción Suit Of Lights. Así que la intención inicial no era en absoluto desharcerse de su grupo pese a las fricciones internas, eran ya muchos años juntos... bueno, después de conocer a sus partenaires de estudio me lo imagino haciendo cuatro llamadas a sus contactos para intentar retrasar el vuelo del grupo.

Otra de las particularidades de esta etapa fue que a Costello le entró un ataque de sentido común agudo y decidió que su nombre artístico quedaba ya lejos de la dirección artística que pretendía tomar, además creía que quedaba poco del artista que empezó a finales de los 70. Entonces se le pasa por la cabeza firmar la cubierta con su nombre real, incluso se contempló la posibilidad de presentar las nuevas canciones bajo el título The Costello Show, la discográfica despejó sus dudas al instante contrato en mano, la empresa alegó que el arriba firmante llevaba por nombre Elvis Costello, así que finalmente sólo firmó en los créditos, como productor junto a T-Bone Burnett con el nombre Declan Patrick Aloysius MacManus (Aloysius como homenaje a su cómico preferido, guasón el tío) y las canciones como Declan McManus, cosas de artistas.

Los videos de los 80 tienen su tufillo agradable de luces de serie Z


Sus fans y no tan fans ya llevaban meses con sus cábalas sobre el siguiente disco, y entonces aparece la famosa versión como primer single, su voz aparentemente cansada y rugosa hacía regocijarse al mismo plumilla en su predicción, además la foto de la portada de aquel single mostraba a un Costello cabizbajo y con barba de un par de semanas, realmente la foto fue sacada en el tour de su anterior disco en el verano del 84. Visto desde esta perspectiva parece que Costello jugaba al despiste.
Pero vamos con mis impresiones que me enrollo más que una persiana, que le den a la prensa a partir de aquel single, se equivocaron. Para mí su versión de Don't let me be misunderstood es el primer gancho, reconozco que en los primeros compases me dejó desorientado, esperaba una versión más cercana a The Animals, o quizás a Nina Simone, pero sale por la tangete con éxito y me coloca una tercera referencia a marcar en el ahora trío de versiones del clásico, tiene entidad propia, algo muy difícil con esta canción pasto de recopilatorios, además contrariamente a lo que dijeron entonces con respecto a su voz, pienso que es la mejor parte vocal del disco, y como no, empezaba marcando las distancias en su disco de americana con un clásico del rock británico, la metió doblada al respetable (yanqui).

Así que con esta credencial inicial, algo tan difícil hoy en día como la escucha reiterada estaba garantizada. Brilliant Mistake y su primer verso "He thought he was the King of America" me hizo pensar en su reputación de impertinente mediático, rey de la new wave y el pub rock que se autocorona ahora rey de America con potestad para ser sarcástico con los yanquis, y no pasaría de ahí si no fuera por el incidente con Bonnie Bramlet (Delaney&Bonnie) que mermó bastante su popularidad en EEUU a finales de los 70 y que hace pensar que se trata más de una canción con tintes autobiográficos, ¿Costello pidiendo perdón o siendo guasón?, me inclino más por la segunda, pero de tapadillo.

Elvis con su banda americana

Continúa con los pioneros del rock'n'roll con Lovable, contento y enamorado, y Glitter Glutch con nota alta, lo hace muy bien pero no son de mis preferidas. Entonces Costello tuvo la lucidez en pleno disco sobre las raíces americanas  de tender un puente hacía sus ancestros anglosajones con Little Palaces, preciosa la parte de mandolina, por canciones como ésta ya valía la pena el esfuerzo (que al final se ha transformado en placer). Y una de mis favoritas, el country fino de America Without Tears, que le quedaría muy bien al disco de los zorros de Neko Case, detrás mismo de Star Witness. Pero por si fuera poco clava la otra versión del disco Eisenhower Moon, Costello's got the blues, la troncal que le otorga la credebilidad definitiva a las intenciones de Costello con la música americana, una visita en toda regla a la Chess.

Pero la entrada en la Logia Costellera supone también un estado anímico especial, el rencor se puede transformar en regocijo cuando se tiene clase y gracia, y aunque es unánime, y yo no quiero ser menos, la opinión de que este disco es el más humano y tranquilo en la lírica no es falso, pero Costello tiene esa manera de disculparse dejando la coletilla sarcástica al final. Entonces un buen  día lo noté, estaba dentro, me levanté canturreando Poisoned Rose, puro arte Buddy Holly y muchos años antes que Hawley, me gusta el Costello crooner (recomendación). Y a partir de aquí empecé a apreciar las canciones que en primera instancia pasaron más desapercibidas, baladones como Our Little Angel y It Weary It Proudly que son ya imprescindibles en mi dieta diaria. Desde luego es un disco rico en matices, mandolinas, dobros, acordeones, teclados, vientos... T-Bone Burnett le dejó la llave del arsenal y Costello no lo desaprovechó.

Podría aventurar como mi primera impresión a líneas generales y totalmente subjetiva, sólo con la perspectiva que me da este disco y la abundante información disponible por todas partes, que aunque Elvis Costello se nutre de cuantos palos se propone, ya sea T-Bone Burnett, Bacharach o Allen Toussaint (caerán ambos) y siempre con nota alta, al final lo que realmente enchancha de su música son sus pequeñas particularidades, sus maneras, esa voz vibrato y esas canciones que distan bastante de ser obvias, y efectivamente, King Of America es el mejor disco que podría existir para engancharme, el disco a venerar para los restos en la Route.

Hoy Little Palaces es mi favorita, ¿cuál será mañana?

miércoles, 1 de mayo de 2013

THIS YEAR'S MODEL (1978), by Nikochan

Turno para Nikochan quien recordaba desde su ilustre ínsula, una fria mañana de febrero del ya lejano 2008, cuan cojonudo llega a ser el segundo disco costellero. No se me quejará el dear Archienemy, por cierto, que le tocó en gracia el aparecer aquí por vez primera con el disco posiblemente más popular del gafotas, el primero con los Attractions y cuya icónica portada suele aparecer en cualquier lista del tipo "los mejores discos de la galaxia y parte del extranjero" que merezca respetarse un mínimo...Y es que siete lustros pasaron ya sobre la comarca para el modelo del año de las narices y el cabrito sigue tan contundente y frescales como el primer día, en fin... Pump it up !



A estas alturas de la película el otro Elvis, el Costello, ya había debutado un año antes con una obra maestra My Aim Is True, así que el segundo álbum debía estar al menos a la misma altura. En 1978 y teniendo Nikochan tan solo un año sale al mercado el segundo disco de Costello, This Year’s Model, esta vez con The Attractions, a partir de este momento disco por año, a veces dos, y hasta donde llega mi curiosidad y mi conocimiento normalmente suelen ser impresionantes, al menos sus seis primeros e indiscutibles discos. El disco empieza con una tonadilla costelliana, de esas que tanto me gustan, la guitarra se despereza tiembla y suena No Action que tiene ese organillo de fondo presente en todo el disco, This Year’s Girl es la siguiente, percusión de entrada, riffs soul, ritmo negrata y de nuevo organillo, la voz de Costello que te arrastra y te sumerge de lleno en el disco, The Beat, grandísima aparece justo en este momento, pop de etiqueta, con ese ritmillo tan, tan mod, y esos coros, como no beat. Llega una de mis favoritas, fanfarria, fiesta, y guateque por doquier, llega Pump It Up, cañonazo de Costello, ritmos demoledores de baile, sección rítmica de sobresaliente, y como no ese organillo de fondo, Costello pisa el freno a estas alturas del disco y nos entrega una balada tipo rock de final de los cincuenta, de esas que encandilan a las muchachitas, Little Triggers seguro que se ha escuchado en muchos asientos traseros de los seiscientos de la época, la tranquilidad dura poco, rock de organillo, y, tachán, por arte de magia tenemos el powerpop You Belong To Me, que divertida, pura fiesta, luego llega Hand In Hand, que a pesar de esa intro algo extraña gana en cada escucha hasta hacerse una imprescindible del racimo de canciones del disco, este tipo de canción ha sido utilizado en muchos discos posteriores y es una made in Costello, marca de la casa vamos. Después de esto viene la que seguramente es la mejor canción de disco, una joya perenne, una obra maestra, bien construida de principio a fin con uno de los títulos mas largos del otro Elvis, (I Don’t Want To Go To) Chelsea, ritmos exclusivos de Costello y los Attractions, sublimes en esta canción, y ese organillo predominante, que pone la guinda a esta composición que presenta un estribillo semirapeado muy moderno e inquietante hasta llegar a su clímax donde pronuncia el título de la canción totalmente exhausto. Impresionante. Luego sigue con algo de pop de fiesta, Lip Service, coros muy poperos, entra fácil pero pierde con las escuchas, no es relleno, pero tampoco es imprescindible, la que sí es imprescindible es Living In Paradise que tiene esa musiquilla de videojuego ochentero, brutal, continuamos para bingo con Lipstick Vogue, esa bataca, como entra, que poderío, que fiesta, que granuja el otro Elvis, como nos hace bailar borrachos como cubas, que golfales y que canción, joder, tremenda. Night Rally nos enseña algún que otro redoble militar, y un tonito decadente que nos acerca al final del disco, aunque nos tiene guardada una sorpresa, el broche final, Radio Radio, mas fanfarria, mas rock enérgico bailable de los setenta, canción clásica instantánea, obra maestra, que te deja con ganas de mas, con ganas de volver a escuchar el disco de cabo a rabo, de volver a escuchar este auténtico clásico, este clásico nikochiano.